Es más que claro que en este camino llamado vida, hemos pasado por muchas situaciones, y que decir en el plano sentimental, nos dejamos llevar por palabras melosas, actitudes, emociones y situaciones diversas que te van envolviendo y te llevan al dulce camino del amor. Sobre todo cuando vas con el corazón abierto y te permites disfrutar cada momento, te dejas guiar, la sensibilidad la llevas a flor de piel y tus sentimientos se desbordan.
¿A cuántos de nosotros alguien le ha despertado algún sentimiento?, ya sea por su forma de ser, de pensar, de hablarte, de comportarse; que hace tu mundo girar, te emociona en cada mensaje o con escucharle, te hace esbozar sonrisas cada vez que le piensas o se hace presente. Y claro al iniciar ese “casi algo”, es un arma de doble filo porque nunca sabes hasta donde llegará. Creo que cada momento vivido nos da lecciones, si por alguna razón no se concreta una relación, aprendes y te muestra a abrir los ojos y ser más cauteloso.
Al menos una vez, hemos pensado más de la cuenta a alguien, de creer de más, fantaseas, te emocionas, te ilusionas y las mariposas revolotean. ¿Pero que sucede cuando todo cambia?, te das cuenta que sólo eres tú quien tiene emociones, sentimientos, no eres correspondido; sólo fuiste parte de la lista, una aventura más que contar. Todo aquello vivido, es solo producto de la imaginación y nuestro mundo rosa se desmorona.
Es tan fácil tener sentimientos por alguien que te agrada, por alguien que sabes que no sólo es físico, sino que hasta sus defectos parecen encantadores. Pero sabes que lo malo siempre, es no ser correspondido y darnos cuenta que debemos alejarnos, ubicarnos, replantearnos lo vivido.
Siempre es necesario, tener los pies sobre la tierra, debemos establecer límites y el tipo de relación, dejar las cosas claras, poner las cartas en la mesa… Para así dejar de soñar, para no salir lastimados y sobre todo no perder el tiempo, con alguien que no nos ve con la misma emoción.
¡Sí, lo sé!, el amor es algo ilógico y el sentirse ilusionado, emocionado, es un sentimiento que nace sin esperar; pero a veces es necesario frenar poco a poco aquello que sentimos sobre todo cuando es más que obvio que para la otra persona ni siquiera existimos en el plano amoroso.
Así que a veces es mejor ir a tientas con respecto a quienes conocemos, el simple hecho de tratarnos, o hablarnos lindo no significa nada. Y en miles de ocasiones
captamos dichas señales como algo más y es ahí donde nos equivocamos y eso no significa absolutamente nada.
Amigos a veces el corazón y la razón, nos juegan emociones nada gratas y aunque a veces es imposible decirlo, al final nos quedamos con los sentimientos tratando de ocultarlos y con la esperanza hecha trizas. Así que hay que recordar que no todo buen trato significa algo; dejemos de seguir pintando corazones y colocar mariposas dónde jamás vivirán, hay sentimientos que simplemente no son.
Plantemos bien los pies en la tierra, vivamos libres de falsas emociones, despejemos sentimientos y dejemos de alimentarnos con falsas esperanzas con personas que no nos ven ni siquiera cómo opción. Recuerden que siempre llega el indicado (a) para cada uno, así que dejemos de perseguir emociones que sólo habitan nuestro ser.
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