La estructura más solida del mundo… La Familia

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Es inevitable no pensar en edificios, puentes, rascacielos o estadios cuando hablamos de estructuras sólidas, pero cuando hablamos de las personas que es lo ¿que podríamos decir que tenemos que sea una verdadera estructura sólida para poder afrontar y resolver todos los conflictos que se nos presenten?… la respuesta es sencilla… La familia.

El que nosotros podamos contar con nuestra familia es extremadamente primordial por varias razones, y creo que la principal, aunque pueda ser la más obvia, creo que es la mas importante, y es que siempre estará para nosotros cuando lo necesitemos, sin importar lo que suceda, y trataran de ayudarnos de cualquier forma posible.

Es el núcleo más fuerte que existe entre los seres humanos, porque por naturaleza defenderemos a cada uno de los miembros de nuestra familia si es que fuera necesario, la familia es el núcleo fundamental de la sociedad, y por lo tanto contribuye en el desarrollo integral de la persona, es donde cada uno de nosotros podemos lograr proyectarnos y desarrollarnos.

Así como apreciamos un edificio, lo admiramos por su belleza, por su fachada, por la manera en la que esta construido y por todas las características que tiene dentro de él, de la misma manera tenemos que ser capaces de observar que cada una de nuestras familias también tiene una estructura que es digna de admirarse y de observarse, que es digan de que le entreguemos nuestra atención y nuestro corazón y que además de eso, todavía, seremos capaces de aprender de ellos.

Pero no podemos llamarnos familia si ni siquiera conocemos bien a los miembros, obviamente conocemos sus nombres, a qué se dedican, dónde trabajan o a dónde van a la escuela, pero más allá de eso, también deberíamos de conocer, en un modo más profundo, qué les gusta, qué piensan, qué sienten, qué les molesta o qué les da alegría; a veces no prestamos atención cuando uno de los integrantes de la familia tiene algún problema, porque nunca nos sentamos a platicar; en estos tiempos la convivencia se ha basado más que nada en estar en el mismo lugar, pero cada quien con su teléfono celular, o con cualquier otra cosa, papeles de trabajo, o escuchando música con los audífonos, y sentarnos a comer a la mesa se ha vuelto nada más una obligación y no un gusto, es el único momento del día en el que estamos todos juntos y podemos platicar.

La realidad es que, cada vez es menor el porcentaje de las familias que tienen una verdadera conversación a la hora de sentarse a la mesa, no platicamos lo que nos sucede o lo que estamos haciendo, y esto no quiere decir que seamos entrometidos en la vida de los demás, claro que hay que tener respeto por la privacidad de cada uno, pero sí creo que si todos estamos en un ambiente donde se genera la confianza y la comunicación, las conversaciones se darán solas y de ninguna manera forzadas o que parezcan como interrogatorios policiacos, porque no es así; pero damos por sentada a la familia y poco a poco nos vamos olvidando de que es una parte fundamental para nosotros, y la vamos descuidando, y cuando queremos recuperar el tiempo perdido ya es demasiado tarde, y nos quedamos con preguntas como por qué no hice esto antes, o por qué no se lo dije cuando tuve la oportunidad.

Hay unos aspectos positivos que pueden ser claves para la integración de una familia más fuerte:

Compromiso: las familias fuertes se comprometen entre ellas mismas para que cada miembro pueda encontrar la felicidad.

Muestras de amor: Por supuesto, todos amamos a los miembros de nuestra propia familia; la diferencia con una familia saludable es que ellos lo expresan abierta y verbalmente, es decir, le hacen saber a los demás por medio de sus palabras y acciones que son especiales.

Compartir tiempo juntos: Las familias fuertes frecuentemente hablan de sus problemas, comparten sus inquietudes, se apasionan por las actividades de los demás, juegan y comen juntos.

Muy buena comunicación: Las familias fuertes mantienen toda la línea de comunicación abierta, especialmente todos los miembros se interesan por saber lo que el otro piensa y siente.

Aceptación de la individualidad: Las familias fuertes se concentran más allá de los errores de sus integrantes, analizan las necesidades de cada uno. Se sienten libres de ser ellos mismos, aceptan, aprecian y ayudan a los demás a lograr ser ellos mismos.

Perdón: Errores, malas interpretaciones y heridas son parte de la vida. Las familias saludables enseñan y practican el perdón, no permiten que las cosas queden inconclusas o sin una solución.

Diversión: Las familias saludables se ríen juntas. El humor, la espontaneidad y hasta las bromas ayudan a mantener a la familia enfocada en lo positivo.

Pero todo esto podemos mejorarlo poco a poco, con la intención y sabiendo que cada miembro de nuestra familia es valioso y es parte de esta estructura solida que nos ayudara a poder sentirnos seguros para recurrir a ellos cada vez que lo necesitemos, la familia al igual que todo tiene sus altas y sus bajas, sus problemas y sus desencantos, pero de algo si pueden estar seguros que cuando alguien te quiera lastimar a ti o a algún miembro de tu familia, el resto de ustedes va a salir sin pensarlo a defenderlo, porque el lazo familiar es un lazo increíblemente fuerte que lo llevaremos por toda la eternidad, en la mente, en el corazón y en el alma.

La familia es la brújula que nos guía, es la inspiración para llegar a grandes alturas, y nuestro consuelo cuando fallamos”

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