Recuerdo haberme perdido por la ciudad de los palacios, en CDMX, y me detuve frente a una puerta de madera, pulida, antigua, era el Citibanamex, el centro cultural, que alberga libros especiales sobre el pintor, Toledo, y muchas cosas del barroco mexicano. Y recordé, Ay mis hijitos de los que se van en casas de madera, quién los salvará…
Era el palacio de Iturbide, un palacio y del emperador Iturbide, en manos del más poderoso banco que se conozca, así, al empezar el año, se anuncia su venta. La del banco, no la del edificio bello, mexicano; pero que será, que será, del acervo, del tesoro humano de la mexicanidad.
No se sabe nada de la parte cultural, pero ya se conoce, sobre la parte de la banca. Se dice que han puesto a la venta el banco de sala, el que usan los de a pie, los que manejan tarjeta de crédito, y se van a conservar la gran banca, la del gran capital.
Se especula ya que se quiere re mexicanizar el Citibanamex, y se mencionan nombres de inversores mexicanos, Slim entre ellos, incluso ideas extrañas, como que los trabajadores que están en Estados Unidos, participan como inversionistas.
La oferta va desde los 4000 millones de dólares, que se supone valen los activos.
Mexicanizar, a la entidad crediticia; y que se mantenga, el museo, el espacio de los artesanos, maestros, y conocedores de la artesanía tradicional en metal, en barro y en los textiles, así como en la plástica, sería lo más indicado, recordamos también, los concursos con grandes premios a ensayistas, monografías, del arte popular.
Los comentarios en medios culturales y noticiosos, definen el pensamiento imperante, lo material primero y lo cultural a segundo término, cuando la realidad en estos momentos, nos demuestra que sólo tenemos este tiempo, y lo que perdura es la tradición, lo que ponemos en la base, lo que heredamos a nuestra generación futura. Y lo que recibimos como ente social del pasado de nuestros ancestros.
Así que en lo que se enfocó, el Citibanamex, su fundación cultural, no deja de ser un elemento también de gran riqueza, la técnica del artesano, el taller del creador popular, su manejo superior del barro, o la cerámica, o el metal.
En cuanto a lo rescatado en escritura, aparte de los concursos de ensayo, y tesis y obra monográfica, me detengo en un hecho, los cuatro tomos de la enorme obra de Francisco Toledo,
La definición en cada libro, de la formación del maestro oaxaqueño, su dibujo, desde su vivir en Francia, hasta su taller en su tierra natal, en dónde varios creadores locales fueron impulsados por el pensamiento popular y artístico de Toledo, y notamos que un creador cambia su entorno, lo traduce, lo transforma, y avalora a sus contemporáneos. Eso guardan los libros de Citibanamex,
Pero la narrativa del discurso actual se va más por el camino del billón de pesos, que queda en deuda, en recuerdo, de los bancos rescatados.
Arte, cultura o capitales y dineros, eso es la cuestión.