No existe número que
pueda calcular lo mucho
que te extraño.
Ésa sensación de vacío
cada que viene tu dulce
recuerdo a mi mente.
De pronto se encienden
puntos específicos en mi cerebro
y simulan la demolición
casi instantánea del alma.
Ojalá pudiera verte otra vez,
correr hacia tus brazos y
permanecer ahí hasta agotar
cada sensación de temor que
por las madrugadas me asfixia.
Quizá a través de ti
podría recuperar gran parte de mí,
o sentirlo por lo menos
un poquito al mirar la dulzura
escondida en lo profundo de
ésos ojitos tiernos.
Pero al saberlo imposible
de nuevo me quiebro,
y creo observarte en otra gente,
vagas esperanzas de que
tal vez, sólo tal vez
es así como te manifiestas,
en otras sonrisas y otras gestos
de amor.
De aquí hasta el cielo
te confieso que
no hay numeración,
no hay letras,
no hay palabras para
poder calcular o transcribir
lo mucho que te necesito,
lo mucho que te amo,
lo mucho que te extraño.