Mis letras tienen vida,
algunas veces he pensado
que hasta tienen más vida que yo.
Dicen mucho y a la vez,
no dicen nada.
Pero producen sentimientos,
existe una energía y una
especie de sinergia en ellas.
Eriza los vellos de otras pieles,
ajenas a la mía y
viaja a través de mentes
desconocidas que se
encienden o se apagan,
se activan o se desconectan.
Mis letras son un festín de
colores, texturas
e imágenes bizarras que a veces
ni yo misma entiendo.
Pero están ahí, desde
quizá mi nacimiento,
me acompañan y florecen,
crecen conforme pasan
los años sin parar.
Querido lector:
Mil gracias por leerme y
permitirle ésa vida efímera
o permanente dentro de ti
a cada una de mis letras.